Confucio dijo un día a sus discípulos: "Ya no quiero hablar más." Los discípulos quedaron perplejos: "Pero Maestro, si no hablas, ¿cómo podremos, pobres de nosotros, ser capaces de transmitir ninguna enseñanza?" Confucio respondió: "¿Acaso habla el cielo? Sin embargo las cuatro estaciones siguen su curso y las cien criaturas siguen naciendo. ¿Acaso habla el Cielo?"
Sin duda ya he hablado demasiado.
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